18 oct 2008

Hoy, sábado melancólico, homicida tedioso
de calles desoladas y cuerpos taciturnos,
día fúnebre de contagiosos amores;
hoy será sábado porque te añoro
y sombras afiladas como navajas gélidas
se deslizan corriendo a mi vera.

Hoy, sábado melancólico,
sólo quiero que llueva.

Que llueva, que llueva…

Que llueva,
que mi amor está perdido
en esta tarde de pasiones muertas.
Que ella es para mí
el ángel incurable
que ofrece su nostalgia
de sábado manchado
con cafeína vieja.

Que llueva hasta que el mundo sepa
que estoy lejos de tu casa,
amor que al amor esperas
en esta tarde patibularia
de sábado a la fuerza.