20 sept 2008

No habrá nunca distancia entre nosotros
que haga ciertas las constantes despedidas.

Nosotros, los amantes solitarios
que hablamos desde el frío de otro tiempo,
no conocemos aún
la noche en que sentir seguridad
junto al cuerpo que hemos liberado.

Aunque lleguen con el frío las palabras
débilmente interpuestas
entre el amor y el olvido
Aunque haya sido invierno,
el poema sigue su curso irremediable
para que en algo amemos ese sueño
que nace cuando lo que sentimos
domina cada gesto.

Contempla mi corazón a solas,
y dime si no ha presenciado tu ausencia
en lo más íntimo de la oscuridad,
tras la niebla perversa del vacío,
sobre los ojos mudos que aquel extraño
fijó hace tiempo en mi cordura.

Dime si mi corazón no ha sentido
la misma rabia que me invita
a conocer tu soledad inmensa.