16 sept 2008

Lo importante no es la verdad.
Lo importante es defender
honestamente
un sueño que ha costado el paraíso.
Un sueño que fue todo,
del que pronto no quedará nada,
salvo una verdad sentida,
escrita en el mal libro de la decepción.

Lo importante no es mentir.
Lo importante es salvar
el fuego que le arrebatamos a la vida.
Y soñar. Medir el horizonte
con la tierna escala de tus manos:
que nadie se atreva a negar
que a veces tú creíste en lo imposible.

Pero, recuerda,
lo importante no es tan sólo amar.
Lo importante es palpar la realidad
en lo más dudoso de la madrugada,
regresar viva del olvido,
soñar una verdad
que bien podría ser la vida.

Lo importante es necesitar a alguien
que necesite ser alguien contigo.

Lo importante -ya lo sabes, amor-
es vencernos a nosotros mismos,
hacer que nuestro juicio dé de sí
ese tiempo en el que entremezclar,
aunque tan sólo sea por momentos,
lo más importante de nuestras vidas.

Instantes presurosos que serán
recuerdos totalmente necesarios,
luces claras en la oscuridad.