20 ago 2008

Hay tiempo. Soñemos.
Será la realidad un sueño irreversible.
No importa. Acaso la vida es otra forma inútil
de tergiversar la tristeza y lo absurdo.
Es eso. Pero no se puede temer al deseo.
Que no quede nada de ninguna inocencia.
Que arrulle la sombra a la niña que fuiste.
Hay tiempo. Lo demás es la historia febril
que desteje el corazón en invierno.
¿El sueño? Soñemos. Ahora.
Que la verdad ya no importa,
que la realidad es siempre otra cosa.
Que el sueño es el arte de aprender la derrota.