25 mar 2008

Pensar en ti conlleva
recomenzar un soliloquio infinito,
voz que el viento dejara escrita
en los ecos turbadores de tu ausencia.
Pensarte, si tiemblan los segundos,
si escapa el verbo al aire,
es la única manera de buscar
la luz al fondo de tus huellas,
de robarle al frío de tu ausencia
ese silencio en blanco
que resuena con tristeza en el olvido.
Te pienso
como se piensan los poemas
que no pueden ser escritos.
Te pienso como se piensan los prodigios
que la noche dice a sus testigos.

Te pienso, mi triste compañera,
porque no estás conmigo,
porque es la única manera
de enfrentarme a la muerte de un poema
que escribiré con sangre.