22 mar 2008

Aquí, en este poema sin luz,
una mujer desnuda
navega sobre la sombra azul
de su propia cordura.
Yo soy su viento.
Yo también conozco
el lenguaje foráneo del sueño,
su rumbo infinito,
la hora perpetua de sol
en que arribar al olvido.

Yo soy su viento.

Ella es la estela
de su propio destino,
promesa azul,
movimiento.

Aquí, en este poema de tiempo,
navega una mujer por amor,
en busca de un puerto errante,
oculto en horizontes inmensos.