20 feb 2008

Si supiera pensar,
sé que mi sombra diría:
persigue la luz, sueña,
ámate sin reservas:
asume, al fin,
que la locura es bella,
y olvida que yo,
sombra o testigo
de cuanto en ti espera,
soy la razón que te lleva
a detestar el destino.

Que tu corazón no pueda cambiar,
ni sentir lo que no has aprendido.

Olvida entonces que yo,
que siempre he sido tu sombra,
soy sombra por ti, no por ella,
que es dulce canción al oído
cuando dice tu nombre en su sueño.

Olvida que el amor que anhelas
es el amor que te ofrece, perfecto
si eres distinto a ti mismo,
olvida que el sueño que velas
es el sueño de ser lo que fuiste.

Olvida, y luego recuerda:
en eso consiste estar vivo.

Se uno conmigo,
pues tu tiempo se acaba,
y la triste vida
que nunca quisiste
todavía te aguarda,
queridísimo amigo.