14 feb 2008

Si pudiera ser lo que te doy.
Ser la palabra urgente,
el verbo fugaz y espontáneo
que al oído te digo despacio
si se apresura a morir,
en un segundo aciago,
el día que aguarda en tus manos.
Ser la voz enamorada que sigue,
en horas impares,
tu paso templado de nube
por los jardines que nadie
jamás pisase soñando.

Ser en ti lo que te doy,
ser el amor que has sembrado en mí,
que tú misma recoges
cuando la verdad ha crecido
para tomar forma en la luz,
sencillísimo acto
en el complejo espacio vital
que aún queda entre ambos.

Pero debo conformarme
con la flor que a diario crece en ti,
la flor o el mundo que me ofreces,
que yo también te ofrecí
cuando me deparaste el amor,
el mundo, o la flor
que guardabas tú:
infinita en tu secreta hondura
de amor entregado,
de amor que te entrego
para aprender a vivir.