19 feb 2008

Porque hoy no es ayer,
dame el tiempo necesario,
el camino que en tu mano vive,
la serena palabra
enredada a estos versos
-voz que sólo puede perdurar-
dame la magia
que sólo puede acontecer
febril desde tu mundo.

Que de nosotros sólo quedará
el beso guarecido,
el eco de nuestras palabras,
mortal como el deseo
que nace y se desnuda,
y luego, entre susurros,
se adormece.

Porque hoy no es ayer,
dame el beso que renace,
que realiza su propio paraíso
para abrirse al día,
palabra o luz que siempre llega.
Porque hoy sólo nos queda
lo que nunca fue,
dame el tiempo que no acaba:
la flor eterna del mañana.