2 feb 2008

No preguntes cuánto durará
el tiempo fácil del deseo,
el dulce aliento de la noche
que siembra a su antojo la desdicha
de estar unidos por un sueño.
No preguntes nunca
cuánto tardará el otoño,
la mano dispuesta a la peor derrota
soportando el peso de la frente.

Tardará, mas todavía será pronto.

Tal vez no habrá ya tiempo
de construirnos más olvido,
acaso nuestra historia sea un día
la razón de haber nacido,
el azar de no ser otros.