Privado en esta noche de tu risa
escruto las aceras de mi alma,
contengo a fuego lento la nostalgia,
y pienso que desnudo una proeza
en largas avenidas presagiada.
Se abre en inocencias la tristeza,
nos barre un acertijo la mirada.
Sabemos que sentir supone a veces
creer que el alma muere porque ama.
Privado en esta noche de tu risa
me aguarda un carnaval de criminales,
una bandera oscura,
una canción -cruel baraja-
que repartieron siete veces mis ancestros:
los enemigos que elegí
y resultaron ser reflejo
de todo cuanto sé sobre la nada.