19 dic 2007

Bailemos

Bailemos al amanecer lo que dura un beso.
Que somos testigos de excepción
y viejos admiradores secretos,
hijos de la más profunda tristeza
y favoritos de este fuego eterno
que se extingue lentamente.
Los continentes, el tiempo, la tragedia
no deberían importarnos a nosotros,
que sabemos que esta música inaudible
nace en el vacío que soporta el corazón.
Bailemos, bailemos… Al amanecer,
como graciosas marionetas del deseo
entre las ruinas de la noche; amando…
Amando bailemos, soñando la alegría.
Qué importa el orden de este mundo
o el frío vuelo de todos los aviones.

Qué importa la calle del olvido
si ya hemos sido tan pacientes
que alcanzamos a postergar el comienzo.

Bailemos al amanecer lo que dura un beso.
Lo que dura un beso en la distancia,
aunque nada pueda ser eterno.