EL CULPABLE
Aquel hombre culpó al sol naciente cuando llegó el verano. Al gobierno culpó, demonio viejo y fascista que le privó de todo, sin que él supiera qué decir mientras se iban. Culpó al amor, a las máquinas, al espasmo y a la orgía. Solemnes, los cuervos sonreían… porque culpó a la lluvia un día tan azul como la vida. Culpó al cielo de su culpa. Culpó al niño por ser niño. Culpó la sangre ajena al no ser suya, a los muertos de todas sus mentiras.
Si aquel hombre no hubiera despertado nunca, nunca habría encontrado en el espejo el verdadero fuego de la culpa.
Aquel hombre culpó al sol naciente cuando llegó el verano. Al gobierno culpó, demonio viejo y fascista que le privó de todo, sin que él supiera qué decir mientras se iban. Culpó al amor, a las máquinas, al espasmo y a la orgía. Solemnes, los cuervos sonreían… porque culpó a la lluvia un día tan azul como la vida. Culpó al cielo de su culpa. Culpó al niño por ser niño. Culpó la sangre ajena al no ser suya, a los muertos de todas sus mentiras.
Si aquel hombre no hubiera despertado nunca, nunca habría encontrado en el espejo el verdadero fuego de la culpa.