26 sept 2006


Tuve miedo de que fuera amor,
de que no lo fuera,
de que fuera sombra y bienvenida.
Miré sobre las altas copas.
Vi ramas retorcidas, cielo abierto,
otoño desmedido que todo lo vencía.
Tuve miedo de que fuera todo,
por un día todo y nada al otro día.
Albergué sus pasos presurosos,
sus noches solitarias en aguas cenicientas.
En aguas sin su cauce, sin orillas quietas,
sin reflejos de trémula inocencia.
Aguas de este mundo que acaso fuera otro,
en el que el amor no cesa.

Tuve miedo de habitar tierras más áridas,
tierras que fueran memoria

de la vida que viví sin ella.
Tuve miedo de que la verdad ella fuera,
y yo el eco que tras la verdad se olvida.