19 sept 2006


De la felicidad: esa avenida unívoca y futura,
que creo recordar al recordar lo que olvidé,
yo diría que es un sueño simple,
un hemisferio que podría ser la esfera
donde convergieran día y noche:
noche y día como un ocaso / amanecer.
Diría también, excediéndome en lo que no sé,
imaginando tal vez utopías de papel
que la felicidad me persigue como sombra
a la que no debo temer.
Y así, estando solo o sin estarlo,
vigilando las aceras como todo ciudadano
yo podría descifrar
hasta el canto de los pájaros
que no saben volar.
Ah, si la felicidad fuera una rueda
vería el mundo girar,
girar eternamente como un sueño que no cesa,
que no puede cesar sin tornar noche
la víspera o quimera de toda claridad.