25 sept 2006

Aunque mis pensamientos fueran de otro.
Aunque otro fuera el hacedor sombrío
de esta máscara gentil que tus manos puras
arrancaran inútilmente
con firme delicadeza y sin mentir.
Aunque yo no fuera yo,
testigo incauto de horrores y maravillas.
Aunque yo fuera la suma de muchos.
Aunque muchos fueran la suma de uno,
y uno fuera sólo uno, nunca dos al compartir.

Tú seguirías siendo la lejana orilla, al evocar,
con un gesto, el sentido más amplio del silencio
que parece envolver las cosas olvidadas al pasar.
Serías ese don perfecto,
que nunca más vuelve a entregarse
solamente por el hecho de existir.
Aunque existir fuera en sí algo,
algo más del transcurrir aquí,
tú serías lo imposible para mí:
la existencia y el asombro:
la fortuna de vivir.