6 sept 2006

Al regresar,
después de restaurar el velo
la hierba estaba seca.
Mi sola humanidad: vacía;
todos me tenían miedo
aunque más les temiera yo a ellos.

Quise vagar por latitudes nocturnas,
cargar a mi espalda el rumbo prohibido.
No hay nada más allá de las sombras;
sin embargo volví de allí.
Después de enloquecer tristemente
por algo que olvidé
sin saber si era mío.
¿Y el sol?
¿no anunciaba este día?
¿Es que nunca hubo más para nadie?
La hierba que piso…
¿nunca más será verde?

¿Nunca más sentiré
mi sola humanidad ausente?