20 ago 2006

Queda la cercanía de la luz enraizada
bajo la mágica dureza del mineral presente.
En tus manos, abismos sosegados y tenues,
se abren como nupcias el alba y la derrota.
Queda un resto, que fue acaso lluvia o sueño,
en la cadencia vespertina de tus manos,
un letargo que fue espejo
de mi condición de náufrago.
¿De qué pudimos salvarnos tras la noche,
de qué silencio que no fuera necesario?
La luz rompe contra los pilares
de un tiempo de búsqueda y fatiga.
De un tiempo ensimismado,
que se adivina detenido en los ojos de la muerte.
Y aquí y allá, entre las sombras blanquecinas,
viento, marea y fuego imponen su esplendor de ruido,
su solemne bandera de epitafio
para los inocentes que ahondan en los viejos nidos.

Pero si la fábula nos procura más atardeceres,
si de un estertor distante logramos el aullido de los vivos;
el aullido que recuerde el fondo de la sombra,
el aullido que nos dice en verdad fuimos testigos,
todo esto, hasta el bagaje por esta realidad impura,
nos cederá su brazo tembloroso
a fin de resguardarnos de lo que nunca fuimos.

16 ago 2006

“florecer y marchitar no es consciente a la vez”
R. M. Rilke





contradicción y anonimato.

Son palabras el necesario juicio
influenciado por el peso de tu corazón.
Si al decir ahora
quieres decir siempre,
si al decir siempre
lo que importa
es la vida o la muerte,
afirma o niega;
pero no calles: habla
si pretendes continuar el juego
al margen de la suerte.

Que la verdad cambia cuando el verbo fluye
para que entendamos el hecho de nombrar
al buscar un equilibrio.
Exalta un día el alma y al siguiente,
si lo juzgas bello, besa la carne palpitante
exaltando ese día la carne.

De la pura contradicción que obtengas
comprenderás, que si el corazón vive,
sólo espera del presente lo inmediato.

Pues balanza que pesa tus palabras son tus actos.

Y éstos jamás responderán a la mentira
de atenerse a un lado solamente
mientras recuerdes tu anonimato.

13 ago 2006


Yo soy siempre yo.
Hasta cuando finjo ser otro
soy yo fingiendo ser otro.
Cuando examino lentamente mi rostro,
soy yo desnudando la duda de otro.
Cuando miento soy yo
tratando de convencerme de la verdad de otro.
Yo soy siempre yo…

Hasta cuando las horas decaen
en negras conjeturas que no llevan a ninguna parte,
sigo siendo yo
creyendo ser otro.

Porque yo estoy dentro, muy dentro,
muy por debajo de la entraña oscura,
cubierto por el metal de innumerables creencias
sonriendo en silencio,
a la espera de otro.

8 ago 2006


Dejad que el enamorado contemple
la caída silente de sus vanos pretextos.
Dejad que busque con torpeza
en ojos extraños la más clara esencia
que a descifrar continúa,
invisible y perenne.
Pues su dulce plenitud consistiría
en atenerse a diario al mal que siente,
cuando observa en sí mismo,
la imposible conclusión de todas las vísperas.
El dolor que florece en la vasta tarea
de pretender la verdad y proseguir a su suerte,
acaso fuera la única prueba que diera
razón al amor que la amada no siente.

Que horade la tierra devorando la sombra,
que finja escrutar el cielo las noches sin luna.
Porque su única intención es sufrir
en busca del tiempo que no vivirá
más que en sueños. Pálidos sueños
que no olvidará nunca…

4 ago 2006


El verano es premura que alimenta
los éxodos tempranos del anhelo.
Cualquier pensamiento se impregna
de la llama de su luz serena y fuerte…
Y aunque todo prosiga,
el verano es la razón por la que vuelves,
la hondura que se cierra amando
por un singular preludio de promesas.
¿Por qué olvidar las fuentes,
la sombra que entreteje cada árbol?
Más raíz hay en nosotros,
más razón en nuestros pasos,
que en la cadencia suspendida,
devuelta hasta la muerte,
en cada consecuencia del verano.
El verano es premura cuando vuelves,
distancia contenida en las luces del pasado.
Llama que acrecienta la mirada del deseo
el verano es el regreso y la partida,
corazón interrogado en silencio; arde
fugazmente por el tiempo de la dicha.