9 may 2006


Porque para ser otro con la luz del mediodía
hacen falta los ojos trágicos de la noche, esperar,
creer en la mentira tácita que resuena en la distancia,
hace falta ahondar en las grietas azules del tiempo
para comprender que el tiempo está en nosotros.
Porque la saciedad inmediata está en el sueño,
en la extraña convicción de errantes y de locos.
Y en saber que todo paraíso lleno de consuelo
es en verdad una promesa para la farsa.
Pero si puedes ser otro antes de que caigan
desde su atronadora verdad,
aquellos viejos hacedores de máscaras,
si puedes ver en los ojos de tu amante
el mismo deseo que vieran tus ojos de niño,
no dudes, no esperes, no llames, receloso,
al más común de los hombres,
ni al hombre que fuiste invoques para salvarte.

Sé al fin lo que procura la falta de amor a uno mismo
y olvida que una vez tuviste un nombre lleno de nada.