22 may 2006


La sombra de F. Pessoa.


De niebla pura y silencio ciego
son los blancos espacios muertos
que reservo para mí mismo.
Entra y dime,
si albergas otro entendimiento,
la causa de tantísimas presencias
en este lugar vacío.
Soy muchos cuando sueño con aquello
que para mí fuera perfecto.
Cuando sueño, si eres tú lugar en todo,
cierro de mí lo que no es de nadie
y comparezco mal, casi como un niño,
ante lo que el amor me niega en cada parte.
Reservo para mí la tristeza de ser…
¿a quién podría interesarle un nombre
que no corresponde al ser nombrado?

Soy muchos e interrogo al mundo
cada vez que pasas tú a mí lado.

Leal te sería a veces. Otra cosa es
que tú prefieras ignorar lo que te ofrezco,
no está en mi mano imponerte sin más
lo que jamás te impondría por celo.
Sueño y soy muchos, retazos inconexos,
que albergan la osadía de vivir, sin estar atento,
a lo que el vivir da un sentido ajeno. Esto,
por absurdo que parezca, es la existencia:
el arte de soñar lo que la vida te niega.